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Advertencias para los confesores de los naturales (Primera parte)
M. Ocharte , 1600.
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Los Confellores. to-
do de quemar los dichos coracones pallauan
los primero por la cara del niño, lleuádolos
por encima fierocar en la carne, a ellos llamá
ixchichitic.
4i Gsta abusion dexaron los antiguos y es, q̃
la muger preñada ſe deuia de guardar de que
no virile aninguno que ahorcauan, o dauan
garrote, porque ſi lo via, dezian que el niño
que tenia en el vientre nacerta con vna ſoga
de carne a la garganta. q̃Tábien dezian que
si la muger preñada miraua al Sol, o ala Lu-
na quando fe Ectiplaria, la criatura que tenia
en el vientre nacerta mellados los beros. Y
por elto las preñadas no oſaui mirar al Eclip
si y para que esto no acõteciello, fi miraſe el
Eclipú, poniaſe vna natiajuela de piedra no -
gra en el feno, que tocaſe a la carne. Tambiẽ
dezian que la muger preñada fi maxcatia aql
betum que llaman tzictli, la criatura quando
naciese aconteceria aquello que llaman motẽ
tzonouiz,q̃iitueren dello las criaturas rezien
nacidas. Y causaſe de ñquando mama la cria
tura fi fu madre de presto le ſaca la tera de la -
boca lastimaſe en el paladar,y luego 6da mor
tal. 9. Tábien dezian que la muger preñada
fi anduuielte de noche, la criatura que naciese
la